sábado, 22 de agosto de 2015

23 de Agosto

En medio de todo lo que vivimos hay un encanto secreto, un misterio divino escondido que pocas veces alcanzamos a percibir.

En cada cosa y en cada experiencia, hay una luz cautivante que no se descubre a simple vista.

Para reconocer esa maravilla que nos rodea y nos envuelve, tenemos que dejarnos tomar e iluminar por el Espíritu Santo. Él puede cambiar completamente nuestro modo de mirar el mundo.

Pero si él no nos ilumina, sólo vemos lo áspero y gris de las cosas.

Con el Espíritu Santo, también la enfermedad puede llegar a ser una preciosa experiencia llena de intensidad espiritual; también un fracaso puede dejar una enseñanza profunda; y hasta las caídas pueden convertirse en un trampolín para elevarnos a lo más alto.

Con la luz del Espíritu, una hoja que cae es un mensaje de amor, y el atardecer es un maestro de sabiduría.

Dejémonos encantar los ojos por el Espíritu Santo.


1 comentario:

  1. Catequista San Juan Evangelista23 de agosto de 2015, 12:57 a.m.

    Entregarme al amor de Dios es lo más pleno de mi vida, el me ha liberado a través de su Espíritu Santo, se me ha manifestado en situaciones de vida, me ha acompañado en todo momento, ahora que lo descubro mi corazón està felizmente en paz!

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