"Ven Espíritu Santo, a limpiar mis miserias.
No
quiero que mis debilidades y pecados me quiten la alegría, la fuerza,
la energía, el empuje de mi entrega. No quiero que mis errores me
detengan y me debiliten. Porque tú tampoco lo quieres.
Pero necesitas
que reconozca mis pecados y no te los oculte, para así poder sanarme.
Esperas que mire con claridad mis errores, sin excusas. No te agrada que
me paralicen los escrúpulos y la culpa, pero esperas que reconozca ante
ti mis caídas, para poder liberarme.
Ven Espíritu Santo, no puedo
ocultarte nada. Todo está claro y patente ante tu mirada que todo lo ve,
que me penetra por completo. Todo lo sabes, y no tiene sentido que
intente escapar avergonzado.
Tu amor me espera con infinita ternura para quemarlo todo en ese fuego abrasador.
Límpiame una vez más Espíritu Santo, porque quiero hacer de mi vida una ofrenda cada día más bella.
Amén."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario