Hoy recordamos al generoso San Vicente
de Paul, y así podemos descubrir de qué manera actúa el Espíritu Santo
cuando hay hermanos sufriendo necesidades.
Luego de ser ordenado
sacerdote a los 19 años, fue tomado preso por los turcos, que lo
llevaron a Túnez y lo vendieron como esclavo a un viejo médico. De este
médico aprendió varios métodos medicinales que luego utilizó. Al morir
el médico, se apoderó de él un hombre a quien convirtió, y juntos
viajaron a Roma. Después volvió a París y dejó para siempre las
aventuras para dedicarse de lleno a los pobres, enfermos y condenados a
esclavitud. Así vivía aquel consejo bíblico: "Acuérdense de los
presos, como si estuvieran presos con ellos, y de los maltratados,
recordando que ustedes también tienen un cuerpo" (Hebreos 13,3).
Fundó
una congregación para la predicación en las poblaciones rurales, y una
congregación femenina para atender enfermos y asistir a los pobres en
sus domicilios. Promovió la fundación de hospitales para niños, asilos
para ancianos, y organizó la ayuda a las poblaciones más pobres. Tenía
el gran objetivo de erradicar la mendicidad, y logró convocar a toda la
sociedad francesa para cumplirlo. Su pasión por los pobres logró motivar
hasta a los más fríos e indiferentes.
Ese cambio sólo es posible
por la acción del Espíritu Santo, porque sólo él nos saca de la
comodidad egoísta para que sepamos mirar a los demás con verdadero amor.
El Espíritu Santo coloca en nosotros la mirada de Jesús, que es capaz
de compadecerse de corazón al ver a los que sufren sin tener quien los
auxilie.
Por eso, cuando alguien está padeciendo, sin poder
resolver sus necesidades más urgentes, no es porque Dios no desee
liberarlo, sino porque alguno de los instrumentos humanos que podrían
ayudarlo no se deja tocar por el Espíritu Santo, no se deja movilizar
por su amor. Los que se dejan llevar por el Espíritu Santo, no sólo son
generosos, sino que son creativos, inquietos para encontrar la forma de
hacer felices a los demás. En San Vicente de Paul podemos reconocer a un
instrumento fiel y creativo, que se entregó con entusiasmo a buscar los
medios para auxiliar a los enfermos y a los pobres, y el Espíritu Santo
manifestó su poder y su amor a través de la misericordia y de la
entrega laboriosa de Vicente.
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