miércoles, 24 de enero de 2018

24 de Enero

En lo más íntimo de nuestro ser, en la raíz de nuestra existencia, sólo el Espíritu Santo puede hacernos sentir vivos. Sólo él puede hacer que dejemos de sobrevivir o de soportar la vida, y que realmente vivamos, que experimentemos en todo nuestro ser los efectos de la gloriosa resurrección de Jesús, algo de esa deslumbrante intensidad de la vida divina. 

La Palabra de Dios tiene una promesa de vida, no sólo de vida eterna, sino de vitalidad en esta tierra, de manera que si poco a poco dejamos que el Espíritu Santo invada nuestro ser, iremos experimentando que cada vez estamos más vivos. Veamos lo que nos asegura la Palabra de Dios y creamos en estas promesas: 

"El hombre de Dios florece como una palmera, crece como un cedro del Líbano... En la vejez sigue dando fruto, se mantiene fresco y lleno de vida" (Salmo 92,13.15). 

"Bendito el que confía en el Señor, porque él no defraudará su confianza. Es como un árbol plantado a las orillas del agua... No temerá cuando llegue el calor, y su follaje estará frondoso. En año de sequía no se inquieta, y no deja de dar fruto" (Jeremías 17,7-8). 

Notemos que esta promesa de vida incluye también el gozo de dar frutos, de ser útiles, de producir algo para el bien de los demás; porque nadie se siente vivo si no se siente también fecundo: en el servicio, en la paternidad espiritual, en el arte, en el trabajo, etc. 

Pidamos al Espíritu Santo esa agradable fecundidad.

6 comentarios:

  1. Espíritu Santo, que mi amor a los demás sea fecundo. Amen

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  2. Jueves, 25 de Enero, 2018
    Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

    Jueves, 25 de Enero, 2018

    Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la conversión de San Pablo. Esa conversión maravillosa ciertamente fue obra del Espíritu Santo, porque sin él un corazón cerrado no puede abrirse. Además, el Espíritu Santo impulsó a San Pablo a predicar el Evangelio con gran entusiasmo.

    La predicación del Evangelio está al servicio de un mundo nuevo. Cuando esa predicación es entusiasta, convencida, valiente, confiada, entonces el poder de Jesucristo se manifiesta de maneras variadas, transformando la vida de las personas y de la sociedad.

    Si hay un modelo de lo que significa una predicación con poder, ése es San Pablo. Su fervorosa misión apostólica es un modelo del entusiasmo que derrama el Espíritu Santo. Vale la pena leer la descripción que él mismo hace en 2 Corintios 11,26. El libro de los Hechos recoge las tradiciones que se habían difundido sobre los prodigios "poco comunes" que Jesús hacía a través de Pablo (Hechos 19,11-12). Y concluye: "Así, por el poder del Señor, la Palabra se difundía y se afianzaba" (Hechos 19,20).

    Recordando a San Pablo, pidamos al Espíritu Santo que nos ayude para que podamos convertirnos más profundamente y también para que no desgastemos inútilmente nuestras energías y vivamos con ese entusiasmo que experimentó San Pablo.

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    Respuestas
    1. Amén. Para que el Espíritu Santo inflame las mentes y corazones de todos los bautizados y mueva el corazón y la mente de los que no lo están para que busquen con anhelo a Jesús y su camino

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  3. El Espíritu Santo nos invada todo nuestro ser.

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  4. PUEDEN ENVIAR LA ORACION ACTUALIZADA DE HOY 25 DE ENERO POR FAVOR

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