viernes, 23 de marzo de 2018

23 de Marzo

El Espíritu Santo no sólo habita en la intimidad de cada ser humano. Él habita en la Iglesia entera. El amor es el vínculo perfecto de la unidad del cuerpo místico, y es el dinamismo del amor el que crea esos lazos misteriosos que hacen de un conjunto de individuos un solo cuerpo místico.

La obra del Espíritu en el corazón de los hombres, a través del don del amor, posee un dinamismo eclesial, comunitario, popular. Por eso la Escritura pone en estrecha relación al Espíritu con el cuerpo místico fecundado por él (1 Corintios 12,13), o con la Iglesia-esposa (Apocalipsis 22,17). Pero además, la Escritura relaciona explícitamente al Espíritu con la "comunión" fraterna (2 Corintios 13,13) y con la unidad (Filipenses 2,1; 1 Corintios 12,3; Efesios 4,3-4).

El Espíritu, modelo ejemplar de nuestro amor, es el término del amor de dos Personas, es la inclinación en que culmina el amor del Padre y del Hijo. Por eso, el dinamismo del amor en el corazón del hombre, necesariamente mueve a buscar la comunión con los demás.


Pero si nosotros nos resistimos al encuentro con los demás y nos aislamos en nuestros propios intereses, terminaremos expulsando al Espíritu Santo de nuestras vidas, y nos quedaremos terriblemente solos por dentro.

3 comentarios:

  1. Buenos días amado Espíritu Santo, te agradezco mucho por un nuevo día y por todo el aprendizaje que me das. Te pido en el nombre de Cristo Jesús y de su madre La Virgen María que hagas que no haya más competencia entre religiones que en lugar de competir aprendan una de la otra y se complementen, que nos amemos los unos a los otros, que no critiquemos para no ser criticados, que haya paz y amor en todo el mundo,que entres a rú manera en lo cirazones de todos los políticos, sacerdotes y que nunca me abandones. Amén y Amén

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