miércoles, 11 de marzo de 2020

12 de Marzo


En el movimiento de atracción que realiza el Espíritu Santo, él va reformando nuestro ser enfermo y nos va haciendo cada vez más parecidos a Jesús; va logrando que nuestra forma de pensar, de actuar, de reaccionar, de mirar, sea cada vez más parecida a la de Jesús, hasta que podamos decir: "ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí" (Gálatas 2,20).

Y si esto es así, el Espíritu va despertando en mi corazón la fascinación que tenía Jesús por el Padre Dios, su amor y su admiración por el Padre. Por eso, el Espíritu nos hace clamar Padre junto con Jesús (Gálatas 4,6; Romanos 8,15).

El Espíritu Santo, que es inseparable del Padre y del Hijo, y que todo lo recibe de ellos, está siempre pendiente de ellos dos como un infinito enamorado; por eso, no nos hace quedar en su Persona, sino que desea imperiosamente llevarnos a Jesús y al Padre.

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6 comentarios:

  1. “Espíritu Santo, no permitas que me separe de ustedes que forman la Santísima Trinidad” gracias Amén

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  2. “ "ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí" (Gálatas 2,20). ”

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  3. Soy lelo Victorio. Ven Espiritu Santo. Que mi forma de pensar de mirar sea mas parecida a la de Jesús
    .Amén

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  4. Gracias Señor Espíritu Santo. Amén.

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    Respuestas
    1. "Por eso, no nos hace quedar en su Persona, sino que desea imperiosamente llevarnos a Jesús y al Padre.". AMÉN. GRACIAS.

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