"Ven Espíritu Santo, limpia mi interior de todo residuo de resentimiento y de malos recuerdos.
Concédeme recordar el pasado con serenidad, sin rencores ni tristezas, sin angustias ni temores.
Mi seguridad está en tu amor y en tu fuerza que me abraza.
No permitas que me debilite y me desgaste con faltas de perdón y resquemores.
Arranca de mi interior todo deseo de venganza.
Muéstrame, Espíritu Santo, que la venganza termina cayendo sobre mi propia vida y matando mi alegría y mi paz.
Ayúdame a declarar libres a esas personas que de alguna manera me hicieron sufrir.
Que yo no necesite hacerlos sufrir para sentirme bien.
Derrama en mi interior tu compasión, coloca en mis ojos tu mirada compasiva, para que pueda recordarlos sin rencor y sin angustia.
Libérame Dios mío, para que pueda respirar feliz y caminar sin ataduras interiores.
Muéstrame que hay más felicidad en dar que en recibir, y que siempre es mejor vencer el mal con el bien.
Ven Espíritu Santo.
Amén."
📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.
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Ven Espíritu Santo a mi corazón…qué cada día sea de perdonar, de amar, de alegría y de esperanza. Amén. 🙏
ResponderBorrarDerrama en mí interior tu compasión
ResponderBorrarVen espíritu santo a nuestros corazones de mis hijos y sus esposas nietos y nietas mi hija y mi esposa y a mi gracias espíritu santo amén amén amén
ResponderBorrar30 de Mayo
ResponderBorrarPara aprender la libertad del Espíritu Santo, hay que dejarse iluminar, por la Palabra de Dios.
El Espíritu Santo, es quien ha inspirado la Palabra de Dios. Por eso, Él puede iluminarnos para, comprender esa Palabra. No sólo, para que alcancemos una comprensión intelectual de ella, sino para que le abramos el corazón y, nos dejemos mover por su exhortación a la conversión.
Porque, si el Espíritu no toca los corazones con su gracia, el solo hecho de escuchar la Palabra o de leerla, no llega a producir ningún cambio en nuestra vida. Pero, si invocamos al Espíritu y, nos dejamos inundar por Él antes de leer la Palabra, seremos capaces de ser sinceros ante ella, aceptaremos quedar al descubierto y, así esa Palabra le hablará concretamente a la propia vida, nos hará ver claro el camino, y el Espíritu nos dará la fuerza para seguirlo. Ese es el secreto de los verdaderos cambios.
Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández.
Amén Amén Amén
BorrarGracias Anónimo, bendecido día a todos
BorrarAmén Amén Amén... Precioso! GLORIA A DIOS TRINO! ALELUYA!
ResponderBorrarMuchas gracias
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