El agua apaga el fuego, pero el viento lo aviva. ¿Por qué al Espíritu Santo se lo asocia con el fuego, el agua y el viento al mismo tiempo?
El Espíritu Santo es fuego espiritual, porque, cuando se lo permitimos, él quema nuestros males y los reduce a cenizas. Destruye el pecado, el egoísmo, la vanidad, la tristeza.
Pero luego viene como viento, arrastrando esas basuras y cenizas que quedan todavía en el alma.
Y finalmente se derrama como lluvia, que termina de limpiar toda impureza. A veces es agua que cae suavemente; otras veces es un torrente lleno de ímpetu y furor, que arrasa lo malo con toda su potencia de santidad.
Nosotros a veces le exigimos al Espíritu Santo que venga a nuestra vida de determinada manera. Quisiéramos que cayera siempre como lluvia mansa, o preferiríamos siempre el calor del fuego, o desearíamos una brisa suave. Pero él viene siempre de distinto modo, viene como a él le parece. En realidad, viene como más lo necesitamos, aunque a veces no podamos comprenderlo, aunque nos resulte incómodo.
Pero es mejor dejarlo actuar como él quiera, ya que él sabe mejor que nadie lo que realmente nos hace falta para seguir creciendo.
Ven Espiritu Santo y quedate en mi corazon...no permitas que me aleje de Ti.... AMEN
ResponderBorrarVEN ESPPIRITU SANTO DE LA FORMA QUE, VOS VES QUE NECESITAMOS.
ResponderBorrarVEN, VEN, VEN!!
VEN ESPPIRITU SANTO DE LA FORMA QUE, VOS VES QUE NECESITAMOS.
ResponderBorrarVEN, VEN, VEN!!
El quema nuestra debilidades y nos da fortaleza. Amen
BorrarMiércoles, 27 de Diciembre, 2017
ResponderBorrarLos Cinco Minutos del Espíritu Santo
Miércoles, 27 de Diciembre, 2017
El Espíritu Santo vive extasiado con el Padre Dios y con su Hijo Jesús. Por eso él siempre nos mueve a adorar al Padre y a vivir en amistad con Jesús. Su gloria está en que nosotros busquemos la amistad con Jesús cada vez más.
Hoy la Iglesia nos invita a recordar al evangelista San Juan, visto como el discípulo amado (Juan 20,3-8), que pudo hablar de Jesús con gran profundidad porque había vivido muy de cerca los momentos más importantes del Maestro. Se recostaba sobre su pecho y le preguntaba sus dudas, y estuvo al pie de la cruz cuando todos se habían ido. Por eso es el modelo del discípulo fiel hasta las últimas consecuencias, con una fidelidad que brota de un amor invencible. Esa misma amistad quiere producir el Espíritu Santo en nuestras vidas.
Juan es testigo privilegiado de la resurrección del Señor, porque no sólo fue el primer discípulo que vio el sepulcro vacío, sino que al verlo interpretó la Palabra de Dios (Juan 20,9) y creyó en la resurrección de Jesús. Así nos enseña cómo los acontecimientos que aparentemente no dicen nada, si son iluminados por la Palabra de Dios pueden comunicarnos los mensajes más profundos. Todo lo que nos pasa puede enseñarnos algo grande si aprendemos a iluminarlo con la Palabra del Señor que lo aclara y lo explica.
La Iglesia primitiva, sobre todo la comunidad de Juan, valoraba especialmente sus enseñanzas, porque estaban fundadas en su experiencia particular junto a Jesús, como "el discípulo al que Jesús amaba" de un modo especial, el que lo acompañó en todo momento. También nosotros podemos aprender muchas cosas recostados en el pecho de Jesús. Pero para eso necesitamos que el Espíritu Santo nos libere de muchas ataduras del corazón que nos alejan del Señor. Pidámosle que nos llene con su fuego, para que queme todo lo que no nos deja vivir esa hermosa amistad.
quema todo lo que no sirve, lo que NO es útil, llenamos con el fuego de tu amor y con tus siete dones.
ResponderBorrarPrimero: reconocerlo, creer en el
ResponderBorrarSegundo: creerle a el
Y tercero: aceptarlo y dejarlo actuar ya que el sabe lo que realmente es mejor para seguir el camino, la verdad y la vida de Nuestro Señor. (O sea perder el miedo)