Cuando dejemos que el Espíritu Santo nos impulse en la tarea evangelizadora, seguramente experimentaremos las maravillas que él puede hacer en los corazones, y nos admiraremos viendo lo que puede lograr su gracia. Eso es lo que vivió San Pablo, que predicaba el Evangelio "no sólo con palabras, sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión" (1 Tesalonicenses 1,5).
Tenemos una descripción de lo que es una predicación con el poder del Espíritu Santo en una oración que hicieron los Apóstoles perseguidos, pidiendo la gracia de predicar de esa manera. Evidentemente, la mayor característica de esa predicación es la valentía, acompañada por signos que el Espíritu Santo regala como quiere: "Acabada la oración, retembló el lugar donde estaban reunidos, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y predicaban la Palabra de Dios con valentía" (Hechos 4,29-31).
El Espíritu Santo ilumina nuestros ojos, para que no miremos tanto nuestra debilidad, sino el precioso ideal que él nos presenta. Así, descubrimos que vale la pena entregarlo todo, y él nos fortalece para que lo hagamos.
Amén! Ven ES en nombre de nuestro Señor Jesucristo e ilumínanos! Danos, paz, amor, unión, fraternidad, perdón, creatividad, libertad, compasión, sabiduría, discernimiento, perdona nuestras ofensas y danos valentía. Te adoro Abba! Gracias por un día más de vida! Amén y Amén
ResponderBorrarGracias Señor Espíritu Santo. Amén.
ResponderBorrarGracias ESPÍRITU SANTO por iluminar nuestros ojos y presentar el precioso ideal que él nos presenta. Así, descubrimos que vale la pena entregarlo todo, y él nos fortalece para que lo hagamos.
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