Hoy
la Iglesia celebra la fiesta de la conversión de San Pablo. Esa
conversión maravillosa ciertamente fue obra del Espíritu Santo, porque
sin él un corazón cerrado no puede abrirse. Además, el Espíritu Santo
impulsó a San Pablo a predicar el Evangelio con gran entusiasmo.
La
predicación del Evangelio está al servicio de un mundo nuevo. Cuando
esa predicación es entusiasta, convencida, valiente, confiada, entonces
el poder de Jesucristo se manifiesta de maneras variadas, transformando
la vida de las personas y de la sociedad.
Si hay un modelo de lo
que significa una predicación con poder, ése es San Pablo. Su fervorosa
misión apostólica es un modelo del entusiasmo que derrama el Espíritu
Santo. Vale la pena leer la descripción que él mismo hace en 2 Corintios
11,26. El libro de los Hechos recoge las tradiciones que se habían
difundido sobre los prodigios "poco comunes" que Jesús hacía a través de
Pablo (Hechos 19,11-12). Y concluye: "Así, por el poder del Señor, la Palabra se difundía y se afianzaba" (Hechos 19,20).
Recordando
a San Pablo, pidamos al Espíritu Santo que nos ayude para que podamos
convertirnos más profundamente y también para que no desgastemos
inútilmente nuestras energías y vivamos con ese entusiasmo que
experimentó San Pablo.
Hola! Cree un grupo de whatsapp con mi flia y empecé a compartir lo que diariamente publica el blog, muchísimas gracias por estar! Adrian H
ResponderBorrarSECUNDO LO DEL WHASAAP ES MAS PRACTICO Y RAPIDO. DLB A TODOS Y GRACIAS.
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