16 de Diciembre
A veces parece fácil hablar de amor a los enemigos, hasta que alguien
nos critica, nos quita la fama, se queda con cosas nuestras, nos roba o
nos trata agresivamente. Entonces sentimos algo que nos muerde por
dentro, y toda la ternura desaparece.
Amar a los enemigos no es
algo natural, sino algo superior, que sólo es posible si dejamos que el
Espíritu Santo nos cambie la vida. Hay testimonios muy bellos de
personas que fueron capaces de pasar por alto las ofensas y seguir amando a pesar de todo. El modelo más perfecto es el de Jesús.
Pero hoy quisiera recordarte el ejemplo de Martin Luther King, ese gran
defensor de los derechos de los negros en Estados Unidos. Cuando
algunos amigos suyos querían defenderse utilizando la violencia, él les
pedía que reaccionaran con amor y vencieran el mal con el bien. A sus
enemigos, que finalmente lo asesinaron, les escribía estas palabras
admirables:
"Haz lo que quieras, y seguiremos
amándote...Métenos en la cárcel, y aún te amaremos; arroja bombas en
nuestras casas, y aún te amaremos; aterroriza a nuestros hijos, y
todavía te amaremos. Envía en plena noche a tus bandoleros a nuestras
comunidades, para que nos apaleen y nos dejen medio muertos, y todavía
te amaremos..."
Ese amor es una obra preciosa del Espíritu Santo, que hace maravillas admirables. Por eso, no todo está perdido.
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