"Ven Espíritu Santo, dame un corazón simple que sea capaz de darlo todo, pero dejándote a ti la gloria y el honor.
Sana ese desgaste que sufrí por haber pretendido complacer a todos.
Libérame de la ansiedad que me enferma, por querer lograr la aprobación de todos.
Quiero aceptar a Jesús como Señor de todo mi futuro y de todos mis planes.
Ven Espíritu Santo. Que todo suceda como te parezca mejor.
Muéstrame interiormente que yo no soy un dios y que no puedo construir el futuro sólo con mi mente pequeña y limitada, con mis pobres fuerzas.
Ayúdame a ver lo bello que es depender de ti, dejando cada cosa en tus manos.
En ti seré fuerte, Espíritu Santo.
Tú eres Dios. Tú me protegerás y en ti todo estará seguro y feliz. Aunque no se cumplan mis proyectos, tú me ayudarás a lograr lo que los demás necesitan de mí.
Ven Espíritu Santo. No dejes que me llene de ansiedad detrás de proyectos obsesivos, porque nada de este mundo vale tanto, nada es absoluto.
Quiero trabajar bajo tu luz, sabiendo que comprendes mis errores, que yo no soy un ser divino, y que siempre puedo empezar de nuevo, sin ansiedades.
Porque tú tienes confianza en mí.
Ven Espíritu Santo.
Amén."
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