El Espíritu Santo puede enseñarnos a
disfrutar de las cosas lindas de la vida, pero en la presencia de Dios.
Él nos enseña a gozar, encontrando al Señor también en los placeres
cotidianos.
Por ejemplo: Si uno aprende a disfrutar de la ducha,
si es capaz de detenerse a disfrutar el roce del agua caliente, si deja
que su cuerpo se alivie con el agua, y se detiene sin prisa a gozar de
ese contacto. Entonces, puede empezar a imaginarse a Dios como agua
viva, agua que sana, agua que alivia. Dios como fuente de vida,
manantial infinito.
Si está escuchando música que le gusta, ¿por
qué no puede detenerse un minuto a disfrutarla? Y mientras la escucha,
puede poco a poco dejar que el ritmo y la armonía vayan tomando todo su
ser. Y así empieza a imaginar a Dios como una música infinita, que lo
envuelve y le hace bailar por el universo.
Si está ante un
paisaje, puede detenerse un rato, sin apuros. Hay gente que pasa ante
los paisajes como si estuviera mirando fotos, y no se queda aunque sea
unos minutos disfrutándolo. O ignora las flores, o un árbol, o el cielo.
En cambio deteniéndose en esas cosas, poco a poco, uno puede comenzar a
contemplar a Dios como belleza infinita.
Podemos intentarlo.
Alguna vez que estemos disfrutando de algo, invoquemos al Espíritu Santo
para poder elevarnos en medio de ese placer. No se trata de renunciar
al placer, sino de darle un sentido infinito.
Amén
ResponderBorrarAmén
ResponderBorrarAmén
ResponderBorrarEsto me recuerda a la poesia de san francisco de asis
ResponderBorrarEL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.
Me gustó muchisimo
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Oración Dios te bendiga!