Cuando alguien está sereno y pacificado por dentro, es capaz de
percibir la armonía que hay en el universo; pero si está inquieto y
perturbado, todo lo que ve y escucha le parece fuera de lugar.
De hecho, cuando una persona está en armonía por dentro, cuando va al
campo es capaz de gozar percibiendo la armonía que hay entre todos los
sonidos que se escuchan al atardecer.
Los distintos
pájaros, las vacas, el ruido del pasto y de las ramas que se mueven,
algunas voces, y hasta los rumores de la carretera que se oyen lejanos.
Todo produce una preciosa armonía.
Pero la persona que no está
pacificada por dentro se siente molesta por esos sonidos. Quisiera un
silencio absoluto, o desearía oír sólo algunos de esos sonidos, y no
otros. Quiere que el mundo se adapte a sus pretensiones. Y no encuentra
calma.
Por eso, tenemos que descubrir que lo más importante no
es que el mundo cambie, sino que cambiemos nosotros. Pidamos al Espíritu
que armonice nuestro interior, para que así podamos estar en armonía
con la vida.
Una persona de gran sabiduría me dijo en una ocasión: "según estamos vivimos las cosas". Y esta bella y profunda reflexión me lo ha recordado. Es más, cuando ésto se experimenta es muy aleccionador. Por nuestra parte hagamos cuanto podamos y, sobretodo, oremos al Espíritu Santo constantemente por ese don de la armonía interior
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ResponderBorrarBuenos dias Dios les bendiga siempre gracias por enviarnos Los Cinco Minutos del Espiritu Santo.Bendiciones
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ResponderBorrar*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
ResponderBorrar_Viernes, 29 de Septiembre de 2016_
Recordemos que "donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Corintios 3,17).
Nosotros creemos que somos libres cuando estamos solos, cuando nadie nos molesta, cuando podemos hacer lo que queremos, cuando nos dejamos llevar por nuestras inclinaciones naturales. Una persona que se entrega al alcohol o a la droga se engaña creyendo que es más libre que los que no lo hacen. Pero los demás pueden ver cómo esa persona cada vez está más limitada, cada vez está más dependiente del alcohol y de la droga, cada vez es menos libre para elegir otras cosas, hasta que le resulta imposible vivir sin el vicio. ¿Quién puede ser tan ingenuo como para llamarle libertad a eso?
La libertad es un don que Dios nos da para que vayamos haciendo un camino positivo en la vida, un camino que nos lleve a la felicidad. En ese camino el Espíritu Santo nos va sanando y nos va liberando de las cosas que nos esclavizan, y así cada vez somos más libres: nada se nos hace indispensable, nada se nos hace absoluto, somos realmente libres para elegir porque nada nos domina. Esa es la libertad del Espíritu. Pero en realidad, cuando San Pablo nos habla de la libertad del Espíritu Santo, quiere decir que no nos sentimos obligados a ser buenos y santos, sino que lo hacemos porque estamos inclinados a eso desde lo más profundo de nuestra libertad; vivimos bien porque así lo elegimos con toda libertad. Nadie podrá decirnos que estamos obligados a amar a Dios. El amor es libre o no es amor, porque es imposible obligar a alguien a amar. Esa es la maravillosa libertad del Espíritu Santo.
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*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
ResponderBorrar_Viernes, 29 de Septiembre de 2016_
Recordemos que "donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Corintios 3,17).
Nosotros creemos que somos libres cuando estamos solos, cuando nadie nos molesta, cuando podemos hacer lo que queremos, cuando nos dejamos llevar por nuestras inclinaciones naturales. Una persona que se entrega al alcohol o a la droga se engaña creyendo que es más libre que los que no lo hacen. Pero los demás pueden ver cómo esa persona cada vez está más limitada, cada vez está más dependiente del alcohol y de la droga, cada vez es menos libre para elegir otras cosas, hasta que le resulta imposible vivir sin el vicio. ¿Quién puede ser tan ingenuo como para llamarle libertad a eso?
La libertad es un don que Dios nos da para que vayamos haciendo un camino positivo en la vida, un camino que nos lleve a la felicidad. En ese camino el Espíritu Santo nos va sanando y nos va liberando de las cosas que nos esclavizan, y así cada vez somos más libres: nada se nos hace indispensable, nada se nos hace absoluto, somos realmente libres para elegir porque nada nos domina. Esa es la libertad del Espíritu. Pero en realidad, cuando San Pablo nos habla de la libertad del Espíritu Santo, quiere decir que no nos sentimos obligados a ser buenos y santos, sino que lo hacemos porque estamos inclinados a eso desde lo más profundo de nuestra libertad; vivimos bien porque así lo elegimos con toda libertad. Nadie podrá decirnos que estamos obligados a amar a Dios. El amor es libre o no es amor, porque es imposible obligar a alguien a amar. Esa es la maravillosa libertad del Espíritu Santo.
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Muchas gracias Dios te bendiga
ResponderBorrarMuchas gracias y buen día a todos !!!
ResponderBorrarBuenas tardes! alguien sabe por que no están llegando diariamente las reflexiones de los cinco minutos del Espíritu Santo al correo?
ResponderBorrarHola buenos dias hace ya varios días que no resibo la reflexión de los cinco minutos del Espíritu Santo gracias
ResponderBorrarHola buenos dias hace ya varios días que no resibo la reflexión de los cinco minutos del Espíritu Santo gracias
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