Repitamos dulcemente esta oración, que se utiliza en la Liturgia oriental para invocar al Espíritu Santo:
"Rey celeste,
Espíritu consolador,
Espíritu de verdad,
que estás presente en todas partes
y lo llenas todo.
Tesoro de todo bien y fuente de vida, ven.
Habita en nosotros,
purifícanos y sálvanos,
tú que eres bueno.
Amén."
El Señor es bueno y compasivo!!!!! Bendito seas por siempre
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