A veces sucede que algunas cosas bellas
empiezan a morirse, y sufrimos por la nostalgia, pero no somos capaces
de renovarlas para que puedan renacer. El Espíritu Santo es el que
siempre nos mueve a renovar las cosas, a derramar vida donde todo se
está muriendo. Él puede darle un nuevo impulso a lo que se ha
debilitado, pero para eso tenemos que aceptar que lo haga como él quiera
y que se cambie lo que tenga que ser cambiado. Algo de eso descubrimos
en lo que el Espíritu Santo hizo a través de San Bernardo, a quien hoy
recordamos.
A los 20 años ingresó en una orden contemplativa que
tenía pocas vocaciones y comenzaba a extinguirse. Pero a los 25 años
Bernardo se fue con un grupo de compañeros a fundar el monasterio de
Claraval. La vida cristiana era allí tan intensa y fervorosa, por el
atractivo estímulo de Bernardo, que en su monasterio llegaron a vivir
500 monjes, y desde allí se fundaron numerosos monasterios. Salía a
predicar con una fuerza inagotable y siempre volvía rodeado de un grupo
de personas convertidas que querían entregarse a Cristo. También
participaba activamente de todo lo que pudiera afectar a la Iglesia,
porque nada que tuviera que ver con Dios le podía ser ajeno. Se le
considera el mayor apóstol del siglo XII. Así, su orden contemplativa,
que estaba desapareciendo, volvió a vivir.
En Bernardo se
descubre lo que es un hombre grande en manos del Espíritu Santo, cómo se
eleva, cómo se llena y se fortalece una vida donde el Espíritu Santo
puede entrar sin dificultades y asumir el control. Cuando se renuncia a
ser el centro, el dominador, el que todo lo controla, y se le otorga al
Espíritu el señorío sobre la propia vida, entonces brota una fecundidad
sobrehumana. Cuando uno se libera de la mirada ajena, y renuncia a vivir
para el reconocimiento de los demás, se adquiere la verdadera libertad
interior. Nadie es más libre y más fecundo que quien le permite al
Espíritu Santo tocar y sanar su libertad.
Espíritu Santo ayudanos a ver la luz en medio de tanta oscuridad sana nuestros corazones liberamos de las heridas del ayer ven a nuestras vidas para que podamos ser felices bajo la protección de nuestra Madre Maria
ResponderBorrar" Cuando uno se libera de la mirada ajena, y renuncia a vivir para el reconocimiento de los demás, se adquiere la verdadera libertad interior. "
ResponderBorrarGracias adorado ES por un día más de vida y por todo lo que me das. Ven por favor en nombre de Cristo Jesús y guía mis pasos. Amén y gracias
ResponderBorrarVen Espiritu Santo, derrama sanación corporal y espiritual sobre cada uno de mis Hnos, de mis familiares y sobre mi. Gracias x todas las bendiciones q nos das día a día junto a María nuestra madre del cielo. Amén
ResponderBorrarEspíritu Santo...SANAME
ResponderBorraramén