Es maravilloso detenerse a admirar cómo
se hace presente la vida del Espíritu en las relaciones humanas. Porque
todo gesto de amor humano es un pálido reflejo de ese Amor infinito que
une al Padre y al Hijo.
Toda experiencia de amor sincero es una chispa del Espíritu Santo que se mete en este mundo.
Por
eso, para imaginarme cómo es el Espíritu Santo debo imaginarme un
momento, una experiencia de amor humano generoso, sincero, feliz. Eso
mismo, infinitamente más grande, más precioso, es el Espíritu Santo.
Por
eso puedo detenerme a admirar los luminosos reflejos del Espíritu Santo
en una pareja que se ama, en un abrazo de reencuentro, en un gesto de
servicio humilde y generoso, en una sonrisa que busca hacer feliz a
otro.
Buenas noches, como podria comunicarme con el autor?
ResponderBorrarse podria comunicar a laesposaqueora@gmail.com
gracias, Dios le continue bendiciendo
-/
ResponderBorrarDios nuestro
Gracias por la vida de nuestros padres , de nuestros hijos , de nuestro cónyuge , la vida de cada uno de los miembros de nuestra familia y gracias también por la vida de cada uno de nuestros amigos
Gracias por hacerte presenté en nuestra vida con el amor y la alegría que Tú nos das a travez de todos ellos
Muchas Gracias Señor