El
agua apaga el fuego, pero el viento lo aviva. ¿Por qué al Espíritu Santo
se lo asocia con el fuego, el agua y el viento al mismo tiempo?
El
Espíritu Santo es fuego espiritual, porque, cuando se lo permitimos, él
quema nuestros males y los reduce a cenizas. Destruye el pecado, el
egoísmo, la vanidad, la tristeza.
Pero luego viene como viento, arrastrando esas basuras y cenizas que quedan todavía en el alma.
Y
finalmente se derrama como lluvia, que termina de limpiar toda impureza.
A veces es agua que cae suavemente; otras veces es un torrente lleno de
ímpetu y furor, que arrasa lo malo con toda su potencia de santidad.
Nosotros
a veces le exigimos al Espíritu Santo que venga a nuestra vida de
determinada manera. Quisiéramos que cayera siempre como lluvia mansa, o
preferiríamos siempre el calor del fuego, o desearíamos una brisa suave.
Pero él viene siempre de distinto modo, viene como a él le parece. En
realidad, viene como más lo necesitamos, aunque a veces no podamos
comprenderlo, aunque nos resulte incómodo.
Pero
es mejor dejarlo actuar como él quiera, ya que él sabe mejor que nadie
lo que realmente nos hace falta para seguir creciendo.
Que hermoso!!!!!!..ven Espíritu Santo arrasa todo lo malo de mi.
ResponderBorrarBendiciones Ángel .. Soy Laura
Ven Espíritu Santo y arrasa todo lo malo que hay en mi, en mi familia y vecinos. Amén
ResponderBorrarVen Espíritu Santo, sólo Tu sabes cuáles son mis necesidades, actúa en mi a tu manera. Soy totalmente dócil a Tí.
ResponderBorrarAmén!