El Espíritu
Santo es amor, y por eso siembra la unidad, motiva la fraternidad,
impulsa al encuentro y al diálogo. Pero para aprender a dialogar es
necesario ejercitar los dones que nos regala el Espíritu Santo.
Nunca
perdemos el tiempo si nos detenemos a dialogar con alguien, por más
superficial que nos parezca. Siempre nos ayudará a no encerrarnos en
nuestras propias ideas e intereses, nos exigirá abrir la mente y el
corazón. Dialogar con los demás es una gran ayuda para nuestro
crecimiento espiritual, para mantenernos psicológicamente sanos, para no
evadirnos de la realidad que nos supera.
Los que vivimos en el
mundo estamos llamados a encontrar a Dios en el encuentro con los demás.
Porque Dios habla y ofrece su amor también en medio de la gente a la
cual él mismo nos envía.
El Espíritu Santo otorga permanentemente
luces e impulsos en medio de una conversación; la presencia de Cristo
resucitado es tan real en medio de un encuentro fraterno como en los
momentos de silencio y quietud.
Pidamos al Espíritu Santo que él nos enseñe el arte de dialogar.
Hermosa reflexión, muchas gracias por publicar diariamente estas mociones y frutos del Espíritu Santo. No dejemos de pasar un día invocando al Espíritu Santo su guía y conducción de nuestros actos.
ResponderBorrar¡Que tengan una hermosa y bendecido encuentro con Cristo Jesús Resucitado!
Bendiciones!
Gracias Espíritu Santo porque tú me das el don de la sabiduría para hablar de Jesús a mis hermanos. Permíteme conocer más de tu palabra para ser vida en Jesús para mi familia.
ResponderBorrarAmen y amen
Amen y Amen
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