En la encíclica "Dominum et Vivificantem" (57), Juan Pablo II invita a invocar al Espíritu que da la vida, para poder enfrentar los signos de muerte y las tentaciones de muerte que hay en el mundo actual.
Hay variadas maneras de elegir la muerte: los excesos, la venganza, la melancolía, el encierro, evadirse con la televisión, con internet, y muchas formas más.
Sería bueno preguntarme qué formas de muerte se han ido metiendo en mi vida, qué esclavitudes me han ido ahogando y no me permiten sentirme realmente alegre, feliz, vivo.
En un momento de oración ruego al Espíritu que entre en esos sectores oscuros y enfermos de mi existencia, le entrego esos lugares de mi ser y de mi vida cotidiana, y trato de liberarme para siempre de esos falsos dioses que no me dan la vida, sino que me la consumen inútilmente.
Oh Santo Espíritu purifica y esculpe nuestras Almas, para que sean Imagen y Semejanza de Santidad. Amén
ResponderBorrarGRACIAS porque esta REFLEXIÓN me ilumina, puedo sentir el encuentro con ESPIRITU SANTO!!
ResponderBorrarVEN ESPÍRITU SANTO!!
GRACIAS porque esta REFLEXIÓN me ilumina, puedo sentir el encuentro con ESPIRITU SANTO!!
ResponderBorrarVEN ESPÍRITU SANTO!!
Espíritu Santo, liberarme de esos dioses falsos. Amen
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