Como este niño, cuando hacés una onda en el mar con tu mano, esa onda penetra y cruza todo el océano. Así cada acto tuyo de amor y de generosidad crea un dinamismo que penetra el mundo y no lo deja igual.
El bien, aunque sea discreto y no se vea, nunca es inútil. Cuánto más si ofrecés al Espíritu Santo cada acción generosa, cada intención buena. Él tomará tu ofrenda, la penetrará con su luz, y la hará fecunda para el mundo. Nada será en vano.
"El bien, aunque sea discreto y no se vea, nunca es inútil. Él tomará tu ofrenda, la penetrará con su luz, y la hará fecunda para el mundo. Nada será en vano." AMÉN. GRACIAS.
ResponderBorrarAmén
ResponderBorrar