"Ven Espíritu Santo, aplaca todo lo
que da vueltas dentro de mí y enséñame a detenerme. No dejes que viva
las cosas superficialmente, con esa prisa que me hace daño, con esa
inquietud que no me permite disfrutar de lo que me regalas.
Mira esa fiebre interior que a veces me atormenta. Calma, serena, aplaca esa carrera loca que hay dentro de mí.
Ven
Espíritu Santo. Enséñame a valorar el misterio de cada cosa y de cada
ser humano, para que les dedique el tiempo y la atención que se merecen,
para que pueda aprender el mensaje profundo de todo lo que me toque
vivir.
Ven Espíritu Santo, a derramar tu dulce calma en todo mi ser.
Amén."
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