El tercer don del Espíritu Santo es el
consejo, que nos permite orientar a los demás y ayudarles a descubrir
cuál es la voluntad de Dios para sus vidas. No se refiere tanto a cosas
prácticas, sino a las cuestiones más grandes, que tienen que ver con el
sentido de la vida.
Esto nos muestra que el Espíritu Santo no se
derrama en nosotros sólo para hacer crecer nuestra intimidad, sino
también para el servicio de los demás. Porque nadie crece de verdad en
la vida espiritual si no se entrega con
generosidad a los hermanos. A la persona profundamente espiritual le
interesa mucho ayudar a los demás a crecer y a marchar por el buen
camino.
Pero tengamos
presente que este don del consejo no se refiere a cualquier consejo,
sino a las cosas más profundas de la vida. Es ante todo la capacidad de
motivar a los demás para ser fieles a Dios en el camino de su
existencia.
Muchas gracias por estas meditaciones diarias que tanto nos ayudan Angel. Que Dios te bendiga.
ResponderBorrarDios te bendiga por compartir diariamente éstas hermosas meditaciones que nutren nuestro espíritu.
ResponderBorrarDios te bendiga por compartir diariamente éstas hermosas meditaciones que nutren nuestro espíritu.
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