El último don del Espíritu Santo es el santo temor de Dios. Pero este
don no tiene nada que ver con el miedo. Porque en realidad, “en el amor
no hay lugar para el temor; al contrario, el amor perfecto elimina el
temor" (1 Juan 4,18).
El autor nos conduce en estos cinco minutos diarios para abrirnos al Espíritu de Dios y percibir la fuerza de su consuelo. Meditaciones, oraciones y reflexiones que nos ofrecen la posibilidad de recorrer, a lo largo del año, un profundo camino de crecimiento espiritual...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario