El Mesías cumple aquel anuncio del profeta Ezequiel: "Los purificaré de toda inmundicia y de toda basura, y les daré un corazón nuevo... Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que caminen según mis preceptos" (Ezequiel 36,25-27). Esto significa que la manifestación del poder del Mesías se realiza sobre todo en los corazones. Y esa obra interior del Mesías hace que los hombres puedan cumplir de verdad la voluntad de Dios. Porque una predicación atractiva no es suficiente; es necesaria la acción secreta de la gracia de Dios en el interior de la persona.
Pensemos un momento de qué quisiéramos ser purificados, y pidámoslo al Espíritu Santo, que es fuego purificador.
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ResponderBorrarDios nuestro
Purifica nuestro corazón , infunde tu Espíritu en nosotros y haznos caminar según tus preceptos
Te lo pedimos Señor