Sería bueno que
estuviéramos más atentos a todo lo que el Espíritu Santo siembra en el
mundo, en todas partes, aun en aquellos que no tienen fe. El Señor nos
invita a un diálogo con el mundo, y nos propone también descubrir los
signos de esperanza que hay a nuestro alrededor. No todo está perdido,
porque el Espíritu Santo actúa siempre y en todas partes; y aun a pesar
del rechazo de los hombres, él logra penetrar con sutiles rayos de luz
en medio de las peores tinieblas.
Entonces, la actitud del hombre del Espíritu no es la de señalar permanentemente lo corrupto, sino también la de descubrir y alentar los signos de esperanza.
Ojalá cada uno de nosotros pueda dar un paso maravilloso: salir de la tristeza, de la queja amarga, del rencor, y tratar de descubrir qué ha sembrado el Espíritu Santo en sus amigos, en sus vecinos, en su lugar de trabajo, en su comunidad. Y dedicarse a fomentar, a alentar esos signos de esperanza.
¡Cuánto bien hacen esas personas que son capaces de
descubrir y de estimular las cosas buenas que hay a su alrededor! Más
que luchar por destruir las sombras, se desviven por alimentar la luz. Y
a través de ellos el Espíritu Santo se derrama como lenguas de fuego.
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ResponderBorrarDios nuestro
Cuanta Esperanza hace falta al mundo
Guíanos Señor para que nosotros podamos tener la actitud correspondiente a ser personas personas en donde se ha generado la Fe ; personas que estamos perseverando en ser movidos por el Espiritu y no por la carne
Guíanos Señor para poder contagiar nuestra Fe a todo nuestro alrededor ; alimentando tu luz y tú esperanza
Guíanos Señor