Una vez más, intento contemplar con una
mirada positiva a la gente que hay a mi alrededor, para descubrir los
carismas que hay en mis compañeros, familiares, amigos. Es necesario
repetir frecuentemente este ejercicio, para que la mirada no se nos
vuelva demasiado negativa.
Doy gracias al Espíritu Santo por cada uno de esos carismas que él derrama en los hermanos, y me pregunto cómo puedo ayudarlos para que esos carismas den mejores frutos para bien de todos. Es hermoso dedicarse a regar las semillas buenas que hay en los demás, y ser como el jardinero del Espíritu Santo.
Doy gracias al Espíritu Santo por cada uno de esos carismas que él derrama en los hermanos, y me pregunto cómo puedo ayudarlos para que esos carismas den mejores frutos para bien de todos. Es hermoso dedicarse a regar las semillas buenas que hay en los demás, y ser como el jardinero del Espíritu Santo.
Me detengo a pedir al Espíritu Santo que me libere de los egoísmos y me ayude a hacer un acto de amor sincero y generoso hacia alguna persona. Trato de pensar en alguien que no me despierta simpatía a flor de piel, y me propongo regalarle un momento de felicidad, algo que lo haga sentir bien. Recuerdo que en esa experiencia de amor tendré un encuentro íntimo y profundo con un amor que me impulsa hacia el infinito, con el Espíritu Santo. Vale la pena intentarlo.
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ResponderBorrarDios nuestro
Permite a nosotros saber compartir la fe que has puesto en nuestros corazones
Que sepamos compartir La Paz y armonía que nos has regalado con todos aquellos que aún no aprenden a sentir tu compañía y tu amor y por eso sufren ; con todos aquellos heridos de este campo de batalla que es la vida
Te lo pedimos Señor, en el nombre, amor y enseñanza de tu hijo Jesucristo, de quién hemos aprendido a amarte