miércoles, 25 de mayo de 2016

25 de Mayo

"Riega nuestra aridez."
El Espíritu Santo también es como una lluvia, agua que penetra la tierra seca. Somos tierra que cruje y que llora, seca y agrietada. Pero cuando llueve la gracia, nuestro desierto reverdece y se llena de flores, rebosa de vida.
Nosotros hemos regalado nuestra vida a tantas cosas de este mundo, hemos desgastado nuestras energías en tantas tonterías que nos han dejado secos por dentro, sin vida, sin amor, sin hermosura.
Invoquemos al Espíritu Santo para que se derrame como lluvia fecunda, para que haga brotar las semillas buenas que él mismo puso en nosotros.
Él lo ha prometido: "Derramaré agua sobre el suelo sediento y torrentes sobre la tierra seca" (lsaías 44,3).
Pidámosle que riegue, que refresque, que renueve con sus gotas divinas, que nos devuelva la vitalidad y la energía, que resucite nuestros sueños y nuestra esperanza. Así se cumplirá la promesa del profeta Oseas:
"Seré como rocío para Israel. Él florecerá como el lirio, y hundirá sus raíces como el Líbano. Sus ramas se desplegarán y su esplendor será como el olivo. Estará perfumado como el Líbano, volverán a sentarse a su sombra, harán crecer el trigo, florecerán como la vid" (Oseas 14,6-8).

1 comentario:

  1. //
    Dios nuestro
    Por tu divina gracia haz sembrado en nosotros la semilla de la Fe y la Esperanza

    Hoy te manifestamos que queremos ser tierra fértil para que esa semilla fecunde y de frutos abundantes

    Riega , refresca y remueve nuestra aridez con la gracia del Espiritu Santo para que nuestro desierto reverdezca y nos llenemos de vida

    Te rogamos Señor

    ResponderBorrar