"Ven Espíritu Santo.
Me han dicho que soy como un diamante en bruto, una piedra preciosa que está llamada a resplandecer con toda su belleza.
Pero para ofrecer todo mi brillo, necesito ser tallado, pulido, trabajado.
Ven
Espíritu Santo. Ven a tallar este diamante que tú has creado, ven a
sacar de mí todo lo bello que tú mismo me has regalado. De mi corazón
pequeño saca los mejores actos de amor; de mis labios saca las mejores
sonrisas y las mejores palabras; de mis ojos saca las miradas más
buenas, comprensivas y pacientes; de mis manos saca las mejores
acciones, las mejores caricias, los gestos más bellos.
Ven Espíritu Santo, a realizar tu obra en mi vida.
Amén."
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