"Espíritu
Santo, tú eres alegría que desborda, que se derrama luminosa en cada
criatura. El mundo entero es un canto de gozo que surge como cascadas de
vida de tu exceso de amor. Toca mi interior con tu gracia, Espíritu
Santo, para que pueda tomar parte en esa felicidad.
Muéstrame la belleza y la bondad de las cosas pequeñas.
Te
doy gracias, Espíritu de vida, por el agua, la luz, los colores, las
sensaciones de la piel, la voz de mis amigos, las manos, el cielo, la
sangre que corre intensamente y me mantiene vivo. Enséñame a buscar
siempre algo más en la vida.
Porque
mientras hay vida hay esperanza. Todos los días nacen niños, todos los
días puede aparecer un santo, un sabio, un héroe, y el amor nos
sorprende en cualquier esquina.
Despierta
en mi interior, Señor amado, un intenso amor a ti, para que te busque
con el corazón ardiente, para que me goce en tu amistad, y repose en tu
presencia cada noche con una sonrisa en los labios. Muéstrame las
maravillas de tu amor, Espíritu Santo, para que seas mi lugar de
delicias, mi tesoro, mi banquete feliz. Me regocijo en ti, infinito y
glorioso.
Ayúdame
a probar la alegría de Jesús resucitado. Dame la potencia de tu gracia
para que todo mi ser sea un testimonio de tu gozo.
Amén."
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